Si eres de los que dice que “dormir es para débiles”, que con tres o cuatro horas de sueño estás perfecto para un nuevo día o que el café es tu único verdadero amor, hoy tenemos que ser los malos del paseo y decirte que, aunque creas que eres más fuerte que la mayoría, realmente estás haciendo todo mal. Sí mi querido noctámbulo, eso que llamas ser más productivo que el resto, te está enfermando física y mentalmente.
→Si llevas tantos días sin dormir que no tienes la capacidad mental de leer este artículo, aquí te dejamos un resumen :)
Dormir es tan crucial como hidratarse, comer, respirar y salir a bailar de vez en cuando. Es el momento en que tu cuerpo se dedica a reparar tejidos, combatir enfermedades y volver a equilibrar los sistemas que día a día alteramos con nuestro estilo de vida.
Pero como aquí no venimos a regañar sino a compartirte información que pueda ser útil para hackear tu vida, te vamos a contar todo lo que debes saber sobre el sueño y cómo los adaptógenos pueden ser tus mejores aliados.
Primero lo primero: nuestro cuerpo no es desechable, por eso cada noche de sueño perdida tiene un impacto directo en tu salud, ¿o cuándo has sentido que estás a tu 100% luego de pasar una noche sin dormir? Nunca. Esto se debe a que nuestro cuerpo está diseñado para funcionar con las baterías llenas.
Pero ¿cómo funciona el sueño y por qué somos tan insistentes con él?
Cuando la luz empieza a caer, tu cerebro recibe la señal de empezar a producir melatonina, la “hormona del sueño” encargada de regular los estados de sueño y vigilia, lo que significa que cuando hay luz es hora de estar activos y cuando no hay, es hora de descansar.
Entre las 11:00 p.m. y las 3:00 a.m., la hormona está en su pico máximo y, siempre y cuando estés dormido, tu cuerpo entra en estado de reparación: la respiración se vuelve más lenta, tus músculos se relajan, tu cerebro empieza a procesar y organizar los recuerdos del día; se empieza el proceso de eliminación de toxinas, reparación de tejidos dañados y se le hace frente a cualquier virus que haya entrado a tu sistema. Cuando estás despierto scrolleando en tu celular o viendo una serie, estás perdiendo la oportunidad de reparar tu cuerpo.
Y es que la falta de un buen descanso puede hacerte subir de peso, disparar tu riesgo de enfermedades cardiovasculares, sumar puntos para la ansiedad, y empezar a reducir tus capacidades cognitivas como la memoria. ¿Ya entiendes la insistencia?
Ahora, hablemos un poco de los adaptógenos y cómo estos se convertirán en tus mejores aliados a la hora de mejorar tu relación con el descanso.
Como ya hemos hablado antes, los adaptógenos son sustancias naturales extraídas de plantas, raíces y hongos capaces de apoyar a cada sistema a lidiar con situaciones de estrés, en este caso, no dormir es supremamente estresante para tu cuerpo así que estos suplementos naturales tienen la capacidad de regular tus ritmos circadianos y llevarte de búho nocturno a gallo madrugador.
Los adaptógenos como la ashwagandha y la melena de león, trabajan directamente sobre el eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA), que básicamente es el termómetro del estrés en tu cuerpo. Así, al normalizar la actividad de este eje, los adaptógenos ayudan a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, permitiendo una mejor producción de melatonina, promoviendo también la reparación de las neuronas y relajando el sistema nervioso. ¿el resultado? mayor facilidad a la hora de conciliar el sueño y un descanso más reparador.
¿Cómo tomarlos?
La magia de los adaptógenos reside en su capacidad de “adaptar” tu cuerpo a las situaciones que lo están desequilibrando, así que si bien para la mayoría de casos la ashwagandha y la melena de león se recomiendan ser tomadas en la mañana, si tu principal objetivo es lograr un descanso más reparador, te recomendamos consumirlos al final de la tarde para maximizar sus efectos.
¿Te convencimos? Conoce nuestros adaptógenos aquí.
Resumen para los que están demasiado cansados para leer.
Si crees que con tres o cuatro horas de sueño estás listo para enfrentar el día: estás haciendo todo mal.
El descanso es crucial para funciones como reparar tejidos y combatir enfermedades ya que nuestro cuerpo utiliza la noche para equilibrar los sistemas afectados por el estilo de vida que llevamos a diario.
Al anochecer, el cerebro inicia la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño, alcanzando su pico entre las 11:00 p.m. y las 3:00 a.m. Durante estas horas, si estás dormido, tu cuerpo entra en un estado de reparación intensiva. Estar despierto durante este tiempo evita que tu cuerpo pueda hacer su trabajo, aumentando el riesgo de problemas como enfermedades cardiovasculares y problemas cognitivos.
Pero como nos gustan las soluciones mucho más que los problemas, tenemos una solución para ti: los adaptógenos. La ashwagandha y la Melena de León tienen la capacidad de ayudarte a regular tus ciclos circadianos, reduciendo el estrés, facilitando un mejor sueño y permitiendote hackear tu vida a través del descanso reparador.
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